La bondad de una persona no le hace, por esto sólo, amiga de Dios. Hay en este mundo mucha gente religiosa que intenta ser buena. Cuando vemos a una persona moralmente honesta, la juzgamos digna de admiración porque hay tantas personas en este mundo que son deshonestas, flojas, infieles, viciosas, incrédulas, hostiles y ásperas que cuando nos enfrentamos con alguien honesto, trabajador, fiel a
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